Las modernas instalaciones para conferencias actuales exigen una solución inalámbrica para los huéspedes que desean utilizar ordenadores, tabletas y teléfonos inteligentes en relación con las conferencias y el alojamiento. Los nuevos propietarios se enfrentaban a una renovación total considerable, por lo que querían sacar el máximo partido a cada corona sueca invertida. Hesselby Slott quería que la red inalámbrica cubriera todas las habitaciones de todos los edificios y que los huéspedes pudieran moverse entre los diferentes edificios y habitaciones sin perder el acceso a Internet en una tableta o un ordenador. El mayor reto a la hora de instalar el acceso inalámbrico en el castillo era su condición de edificio protegido, lo que implica una serie de restricciones en cuanto a las modificaciones externas que se pueden realizar en los edificios. Tampoco querían tender cables entre los edificios, sino que preferían conexiones inalámbricas. Además, el castillo tiene una serie de gruesos muros de piedra que dificultan que las señales wifi lleguen a todas partes. Otro reto era la capacidad y la redundancia. Al mismo tiempo, se exigía que toda la red funcionara sin problemas, se gestionara desde un solo lugar y tuviera la capacidad y la facilidad para ampliar fácilmente la red inalámbrica en consonancia con la ampliación del castillo.